El impacto del estrés en la salud ocular

La tensión prolongada puede provocar síntomas como visión borrosa, espasmos oculares, sequedad y fatiga ocular. En algunos casos, el estrés extremo puede estar relacionado con condiciones más graves como la neuropatía óptica isquémica, que puede causar pérdida repentina de visión.

Uno de los efectos más comunes del estrés en los ojos es el blefaroespasmo, que consiste en movimientos involuntarios del párpado. Esto suele ser inofensivo, pero puede resultar molesto y prolongarse durante varios días. Además, el estrés puede aumentar la presión ocular, lo que representa un riesgo para personas con glaucoma.

Para reducir el impacto del estrés en la visión, es recomendable practicar técnicas de relajación como la respiración profunda, el yoga o la meditación. Dormir bien, mantener una alimentación equilibrada y realizar pausas durante la jornada laboral también pueden ayudar a disminuir la tensión ocular.

Si los síntomas persisten o afectan la calidad de vida, es importante acudir a un oftalmólogo para descartar problemas subyacentes y recibir el tratamiento adecuado. Aprender a manejar el estrés no solo mejora la visión, sino que también beneficia la salud general.