Cómo detectar problemas de visión en bebés y niños pequeños

La detección temprana de problemas visuales en bebés y niños pequeños es fundamental para garantizar un desarrollo adecuado. A diferencia de los adultos, los niños no siempre pueden expresar si tienen dificultades para ver, por lo que es importante observar ciertas señales de alerta.

Algunas manifestaciones comunes de problemas visuales en la infancia incluyen ojos desviados (estrabismo), lagrimeo excesivo, sensibilidad extrema a la luz, frotarse los ojos con frecuencia o dificultad para enfocar objetos. También es preocupante si el niño se acerca demasiado a los libros o la televisión o si muestra desinterés por actividades que requieren precisión visual.

Los exámenes oftalmológicos en la infancia deben realizarse desde los seis meses de edad, luego a los tres años y antes de comenzar la escuela. Si hay antecedentes familiares de miopía, astigmatismo u otras afecciones oculares, es recomendable hacer revisiones más frecuentes.

La detección y corrección temprana de problemas como la ambliopía (ojo vago) o el astigmatismo pueden evitar complicaciones en el aprendizaje y en la calidad de vida del niño. Un diagnóstico a tiempo puede marcar la diferencia en su desarrollo visual y académico.